Descripción del producto
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Conocido por sus beneficios para la salud como componente clave de la dieta mediterránea, el Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) es un jugo natural de una fruta, la aceituna.
El aceite de oliva virgen extra es el aceite de oliva de más alta calidad, un aceite con cualidades y propiedades irreprochables que lo convierten en un producto ideal para la cocina y excelente para nuestra salud y una de las grasas más saludables que existen.
Cuando hablamos de calidad en el proceso de elaboración del AOVE, tenemos que saber que la calidad empieza en el campo, en el olivo y en la aceituna.
Uno de los factores clave para producir un aceite de oliva virgen extra es la recolección de la aceituna, ya que cuidar esta fase del proceso de elaboración es fundamental para que las aceitunas lleguen en buen estado a la almazara. Para ser un aceite de oliva virgen extra de calidad, debe proceder, necesariamente, de aceitunas recolectadas en vuelo, es decir, que no entre en contacto con el suelo, ya que esto garantiza que el fruto pasa a la siguiente fase del proceso saludable: a estar limpio y sin impurezas.
Tanto la recogida como el transporte deben realizarse con el máximo cuidado para que la aceituna no sufra ningún daño. El transporte del fruto desde el olivar hasta la almazara debe realizarse el mismo día de la recolección, o lo antes posible, ya que la rapidez con la que se lleva a cabo el proceso es fundamental y en definitiva determina la calidad del producto final.
Las aceitunas deben molerse el mismo día de la recolección para conseguir la máxima calidad y evitar que el fruto se deteriore. Solo así se obtiene un aceite de oliva virgen extra de calidad.
Se bate la pasta resultante de la molienda para recoger el mayor número de gotas de aceite dispersas en la masa molida. Este paso debe realizarse en frío, concretamente por debajo de 27º. La temperatura es fundamental para garantizar la calidad del AOVE.
Tras esta centrifugación se lleva a cabo la decantación, proceso puramente físico mediante el cual se separa el aceite del agua y las impurezas (pequeñas partículas de aceituna) que no se han separado en los procesos de centrifugación. En la decantación, el aceite permanece en reposo unas horas para que las micro partículas restantes en suspensión tras la centrifugación y la humedad residual se depositen como medida de garantía de calidad.